El periodismo ha sido un trabajo difícil en todo el mundo, en todas las edades. Es un trabajo mucho más difícil para los periodistas genuinos que hacen su trabajo con la conciencia de que son primero un ser humano, luego un periodista, y que se esfuerzan por no gastar valor humano en nombre del valor de las noticias y, lamentablemente, a menudo obligan al periodista a pagar un precio.
Si la tarea principal de un periodista es ser la voz de quienes son ignorados, violados y no pueden ser escuchados, y hacer su trabajo de una manera que proteja los derechos humanos, tiene que ser valiente a pesar de todas las presiones y obstáculos. Hoy son los valientes periodistas los que sacarán al periodismo del callejón sin salida, los que no han olvidado cuál es su principal deber. Los cambios fundamentales ocurren en callejones sin salida y está claro que el periodismo necesita un cambio radical.
Saber que todavía hay periodistas que han avanzado significativamente en el camino de la «humanización», aunque sea en un número reducido, y que por tanto realizan su trabajo de «manera razonable y virtuosa», permite mantener viva su esperanza en nombre del periodismo. Como el agua fluye y encuentra su camino, la información siempre encuentra canales para fluir. Hablamos sobre el dilema del periodismo y el futuro de la profesión con el Notificador, quien dijo que aunque los periodistas sean eliminados uno a uno, el periodismo siempre tiene la última palabra.
Definitivamente sí. Lamentablemente, los periodistas son personas con un ego muy alto. Realmente no les gusta que les digan sus errores a la cara. Pero el periodismo es una profesión que debe hacerse transparente, y los errores ya se muestran ante los ojos de millones. Por eso, cuando se comete un error, deben corregirlo abiertamente, disculparse y tomar medidas para evitar que se repita.
El verdadero dolor no es ser cortado del periódico, sino ver que aquellos que tienen la costumbre de violar errores y principios periodísticos, y aquellos que ven esto como derechos naturales, todavía son apreciados. No depende de una sola persona el esfuerzo, pero aún se siente pena por esta situación.
Dado que el derecho de las personas a las noticias y la información no se agotará, por supuesto, los medios de comunicación volverán a levantarse. Pero cuando vuelva a subir, no continuará con los medios de comunicación que hoy están bajo el control del gobierno. Nacerá un nuevo medio de comunicación.
Decimos que el periodismo es la voz de los silenciosos, el defensor de las víctimas, el guardián del bien público. Pero, lamentablemente, en el punto al que hemos llegado hoy, los periodistas no pueden proteger ni siquiera sus propios derechos, y mucho menos defender los derechos de los demás. El estado del periodismo y los medios, la monopolización de la estructura de propiedad, la democracia y dejamos de lado el punto donde es legal, la razón principal es que el periodismo no está organizado. Ambas organizaciones profesionales se han debilitado.