Al igual que todo lo que existe en esta vida, la prensa escrita, ha ameritado de un proceso evolutivo que además se ha visto condicionado por diversos factores externos como los históricos del pasado, que se encargaron de modelarlo hasta llegar a la estructura que en la actualidad se conoce.
En un principio, la prensa se encontraba en manos de la corona, como un privilegio de la misma. Pero esta es una situación que es modificada debido a las revoluciones liberales acontecidas durante el siglo XIX, de dónde nació una prensa que estaba dirigida por quienes eran los líderes de los partidos políticos, hacia las élites del país. Se tomó conciencia desde el poder político, de la importancia que conllevaba el periodismo cuando se trataba de influir en la opinión pública, en tal sentido, hicieron presencia periódicos que eran abiertamente partidistas.
Durante el último tercio de este siglo, la prensa de opinión o de partido, vivió un desplazamiento ante el surgimiento del periodismo informativo, que se encontraba dirigido por empresas, las mismas se plantearon el periodismo como negocio, por lo que su objetivo consistía en la ampliación del número de lectores. Entre los primeros periódicos que se conocieron de ese estilo se encuentran Las Novedades, la Correspondencia de España y El Imparcial, que fue fundado por Eduardo Gasset, en todos ellos predomina la información.
Una vez que llegó la década de 1880, surgió el invento del telégrafo con el que se pudo hacer una conexión con ciudades como Londres, París o Nueva York y como consecuencia, la recepción inmediata de noticias que procedian del extranjero.
Bajo este novedoso contexto, hicieron presencia nuevos periódicos como La Vanguardia de Barcelona (1881) y nueve años más tarde El Heraldo de Madrid. Mientras transita dicha década, es importante destacar que hubo un incremento en las tiradas, sobre todo en los periódicos que eran impresos en prensas de papel continuo como El Imparcial y El Liberal, éste último fundado en 1879 a manos de un grupo de periodistas escindidos de El Imparcial.
Tal auge abarató los costes de producción y con ello se pudo llegar hasta un público más amplio. Es importante acotar, que estos dos medios se dedicaban a la defensa del status quo del régimen, el mismo era el sistema de turno pacífico entre conservadores, que estaba dirigido por Cánovas, y liberales de Sagasta, durante la Restauración.
Durante el mes de julio de 1888, El Liberal se dio a la tarea de publicar en su portada el crimen de la calle Fuencarral, el mismo se trataba del asesinato de una mujer de la burguesía madrileña, el mismo fue amplificado por la prensa ante el interés popular. En tal sentido, los periodistas se conformaron como parte de las investigaciones referidas al crimen, con lo que además mostraron las declaraciones hechas por la criada antes del juicio correspondiente.
En el caso de los demás periódicos, estos decidieron unirse a la publicación de dicho caso, por lo que se dio inicio a una auténtica guerra de tiradas entre competidores quienes emplearon grandes titulares con el seguimiento masivo de la sección de sucesos. La historia culminó, con la última ejecución pública de la historia de España, la ejecución de la criada por garrote vil, teniendo un gran impacto popular.